Una niña asiática meditando

Mindfulness para niños

El Mindfulness es una práctica de meditación llamada también atención plena o consciencia plena.  Es un estado mental consistente en estar atento de manera consciente e intencional a lo que se hace en el momento presente.

El Mindfulness para niños nos brinda toda una serie de posibilidades para mejorar desde bien temprano su atención, para ejercitar su cerebro en la empatía, en la calma y la gestión emocional. 

Asimismo, iniciar a nuestros pequeños en el mundo de la meditación facilita que puedan conectarse mucho mejor consigo mismos. El propósito es que sean más hábiles a la hora de desenvolverse en cualquier entorno y especialmente en el cotidiano.

Es necesario que este tipo de ejercicios se establezcan como costumbre desde bien temprana edad. Por supuesto que nunca es tarde para comenzar, pero los 3 años es sin duda una de las etapas más idóneas para hacerlo. Independiente de la edad en que se comience, tenemos que ser constantes hasta que la novedad se trasforme en hábito, después solo habrá que seguir con la inercia. 

A través del Mindfulness los más pequeños aprenderán a desarrollar compasión y autocompasión. También aprenderán a desarrollar la capacidad para focalizar mucho mejor la atención hacia determinados estímulos potenciando su concentración. 

Con esta técnica los niños, por su parte, serán capaces desde bien temprano de gestionar mucho mejor sus emociones negativas, de entender el origen de su rabia o de su tristeza para canalizarla de forma adecuada.

El Mindfulness no se limita en exclusiva a enseñarles a meditar, a cómo relajarse o a respirar.  Se relaciona también con la alimentación, con el trabajo, con el modo de relacionarnos o de hacer deporte.

Veamos por tanto qué estrategias podemos desarrollar para conseguir que esta filosofía se integre en su forma de vida. Los requisitos son dos: que sea sencilla y divertida. 

Estas serían algunas de las estrategias que podríamos utilizar con  niños entre 3 y 6 años.

Soy Superman o Wonder Woman

  • Empezaremos indicándoles a los niños que deben adoptar una postura de “poder”, como si fuera superhéroes: de pie, con la espalda recta, brazos en jarras y lo más importante, con los ojos cerrados.
  • Se van a convertir en superhéroes capaces de desarrollar sus sentidos al máximo.
  • En riguroso silencio van a escuchar todo sonido que les envuelve durante 5 minutos. Es bueno que estén atentos y relajados para abrir sus radares a cualquier sonido, por pequeño que sea…

 

Aprendo a respirar con mi peluche

Nada mejor que utilizar su peluche para que aprendan a respirar siguiendo las siguientes pautas:

  • La hora de acostarse es casi siempre un momento sensacional para enseñarles a respirar de forma relajada.
  • El niño debe poner a su peluche o a su muñeca en el abdomen.
  • Ahora, debe coger aire por la nariz contando hasta 4, pero viendo como el abdomen asciende y con él, su peluche.
  • Contenemos ese aire 3 segundos y después, exhalaremos por la boca viendo cómo el peluche se hunde hacia abajo.

 

El clima y mis emociones

“Tranquilos y atentos como una rana” es un libro sensacional de Eline Snel. En él ofrece interesantes estrategias a los padres para iniciar a los niños en la meditación.

Así, una propuesta interesante que nos propone la autora para enseñarles a reconocer sus emociones, es relacionar determinados estados, como la tristeza, la rabia o la alegría, con el clima.

  • Para ello, les animaremos a que realicen el juego de los meteorólogos. 
  • Tienen que cerrar los ojos y preguntarse “¿qué tiempo hace en mi interior? Si estoy soleado es que estoy bien, si soy un aguacero es que estoy triste, si soy una tormenta con rayos es que estoy enfadado”.

 

El paseo de “darnos cuenta de…”

El Mindfulness para niños no se limita a conseguir que se queden sentados en la posición de loto, meditando. 

Nuestros pequeños son seres activos y reactivos, personas ávidas de experiencias, curiosos insaciables, necesitadas de contacto, de juegos, de interacción continua. 

Por tanto, debemos adaptar el Mindfulness a sus necesidades cotidianas y a su ritmo de vida.

Un ejercicio muy efectivo que podemos realizar a diario con ellos cuando, por ejemplo, los llevamos o traemos del colegio, paseamos con ellos de la mano o vamos de compras, es hacer el juego de “me doy cuenta de…, veo que…, descubro que…”.

Se trata solo de animarles a que sean receptivos a todo lo que les envuelve y a todo lo que acontece por pequeño que sea, por insignificante que parezca. “Me doy cuenta de que a lo lejos se escucha una cómo alguien ríe”, “me doy cuenta de que el señor que ha pasado parece triste”, “me doy cuenta de que a lo lejos se escucha a la cría de un pájaro llamando a su madre desde el nido”, “me doy cuenta de que una nube ha ocultado el sol…”

En Chile puedes visitar https://www.plenamente.cl/

Referencias bibliográficas

Snel, Eline (2013). Tranquilos y atentos como una rana. Madrid: Kairós.

Vara de Rey, P. .Mindfulness para niños. Barcelona: Planeta.

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